23.8.17

Rumbo a Cabo Verde y Cómo (No) Perderse

Un cóctel de Europa y África con acento y sabor a maní. Los caboverdianos no miran a África, no tienen su guerra, no quieren cosas de negros.





Bueno, amigos, si he tardado tanto en escribir esta entrada no ha sido por otra cosa sino para haceros sentir el verdadero sentido de la vida caboverdiana. Puro ritmo isleño, fica tranquilo, como les gusta decir. Total, que tras dejar esto pasar me he dicho, qué demonios, por qué no haces una buena re-inmersión en tu viaje, ya que estás... Declararé por tanto esta entrada como una mini guía de viajes de bolsillo.

Cabo Verde, ah, ese archipiélago que no se jacta precisamente ni de ser verde ni de pertenecer a ningún rango militar en particular. De hecho, se llama así porque en Senegal (estampo un mapa a continuación) hay un cabo -aquí hablo del accidente geográfico- llamado Verde al que le sigue una línea imaginaria que llega hasta el archipiélago que nos ocupa. Ahora, para desgracia de los amantes de la etimología y de los finales felices, el cabo Verde de Senegal ha sido tomado por un complejo hotelero francés. El yugo del hombre blanco en África, ya sabéis.


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Casi 700km separan las islas de Cabo Verde del cabo Verde de Senegal (flecha roja)

Me desvío, disculpadme. Cabo Verde. Las islas de Cabo Verde. Sabéis, si tuviera que definirlas sería algo así como un cóctel de Europa y África con acento y sabor a maní. Los caboverdianos no miran a África, no tienen su guerra, no quieren cosas de negros. Prefieren el euro y el dólar. Conocieron la riqueza y ahora la pobreza. Pero tranquilos, no es ni mucho menos un sitio peligroso sino todo lo contrario.

Paisajísticamente hablando, han sido torturadas con aridez y mucha arena. De las 9 islas habitadas, 6 son pura arena de playa y paisajes lunares salpicadas de volcanes. Yo os voy a hablar de las que visité (y creo que son las que más van a disfrutar los que no vayan buscando única y exclusivamente playa), pero le voy a poner un eslogan a otras islas de las que oiréis hablar bastante, por si os pica el gusanillo:


Islas de Barlovento (norte):

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  • Santo Antao: la isla verde por excelencia, la que se quedó los valles, las terrazas verticales, las cañas de azúcar y el grogue
  • Sao Vicente: la isla del viento y capital cultural de CV
  • Sal: arena, aguas turquesas y todo incluído.


Ilhas do Sotavento:


  • Sao Tiago (Santiago para los amigos) y su capital, Praia: la 'gran' urbe de Cabo Verde, sus ladroncillos callejeros y sus playas turísticas
  • Fogo: alberga un volcán en su interior, que entró en erupción por última vez hace algo menos de un lustro

Cabo Verde es más que playas y arenas fina

Fui con dos amigos a la isla, en busca principalmente de buen rollo y naturaleza. Tras comprobar que los vuelos internos no son lo que se dice baratos y que el barco tarda demasiado para los días que fuimos (9 en total), nos centramos en las islas de Sao Vicente y Santo Antao, la isla cultural y la isla verde, respectivamente.
Este tándem te permite pasar unos días en Mindelo, la capital de Sao Vicente, con bares de música en directo, restaurantes en el paseo marítimo (pero sin lujos) y un mercado de peces muy famoso.


Cómo Llegar


La eterna duda: "Pero... ¿Cabo Verde no está muy lejos?" No tanto. Casi todos los vuelos, por no decir todos, pasan por Lisboa antes de llegar a CV. Desde Lisboa son 3 horas de vuelo.
Las dos principales aerolíneas con TACV (aerolíneas de Cabo Verde, en la que fuimos. Muy correcto todo el viaje. Precios desde 250€ i/v) y TAP (aerolínea nacional portuguesa y normalmente más cara).

Como alternativa al vuelo de escala, y dependiendo de la ciudad de origen, puede resultar mucho más económico llegar a Lisboa en coche y aprovechar también algunos días en la capital portuguesa.
Dejar el coche en el aeropuerto de Lisboa (easyParking) son 4/5€ al día, muy barato y hay muchos parkings por el estilo.

Alojamiento


Para sorpresa del viajero occidental, la oferta de Airbnb es muy amplia y barata, y permite entrar en contacto con gente local muy fácilmente.
En Mindelo estuvimos en un apartamento bastante normalito, pero si cruzáis a Santo Antao (os obligo a cruzar, de hecho), tenéis que quedaros en Casa das Ilhas en pleno corazón del valle de Paúl y con unas magníficas vistas.


Valle de Paúl, isla de Santo Antao

Música


Inglaterra tiene a sus Beatles, Bélgica a su Jacques Brel, Canadá a Justin Bieber... y Cabo Verde a Cesária Évora, la reina del 'fado caboverdiano' y extremadamente querida/idolatrada en el país. No os voy a engañar, no es una fiesta pero tiena esa morabeza caboverdiana que muchos habitantes te intentan transmitir: cantar para recordar al que se ha ido de su tierra.


Dejando a un lado a Cesária, el esqueleto lo váis a mover pero bien. El ritmo africano es contagioso y sobre todo, muy natural. En las islas más turísticas (Sal, Boa Vista, Sao Tiago) hay más oferta de discoteca. En Mindelo (isla de Sao Vicente) prima el reggae.


Y por supuesto no puede faltar la banda sonora de la África lusófona, "Mama África": https://www.youtube.com/watch?v=biToOIyr2QU.


Puerto de Mindelo, Sao Vicente

Miscelánea


  • Desconocía la combinación de montaña y alcoholismo, pero os cruzaréis con curiosas personas a lomos de su burro, borrachos como una cuba por el grogue, el licor típico de Cabo Verde. Es algo así como la cachaça caboverdiana, hecha a base de caña de azucar.
  • No os asustéis si al pasar por alguna casa, sale un olor (cheiro en portugués) muy rico y al acercaros, salen de casa y os invitan a comer. Sin miedo, entrad y dejaos acoger por esta gente tan increíble.
  • El culto al cuerpo es una realidad en estas islas. No son pocos los gimnasios improvisados que plagan playas y calles. Un lujo para la vista de ellas... y de ellos.
  • Siempre que viajo suelo acudir a blogs tipo El Viajero de El País (este artículo y este otro) y me veo los episodios correspondientes de Madrileños/Españoles por el Mundo. Siempre se aprende algo que no viene en las guías de viajes.
  • De todas las guías de viaje de Cabo Verde en castellano, la Guía Azul es la más completa y actualizada.

Pintada en la ciudad de Mindelo, Sao Vicente: "y aún siguen diciendo que somos seres inteligentes"

16.8.17

8 cosas que no sabías de las islas Azores y los azorianos

Las islas Azores están llamadas a ser el nuevo destino vacacional de europeos y americanos. Crece el interés y, con él, se destapan algunas curiosidades de estas exóticas islas.


Una de las cascadas de Fajã Grande, isla de Flores

1. El ukelele no es de origen hawaiano, sino azoriano


El cavaquinho portugués es un instrumento, parecido a la guitarra pero de menor tamaño, que consta de 4 cuerdas y que escuchamos siempre en música brasileña (samba, principalmente) y caboverdiana. Como curiosidad, su nombre significa "palique" en castellano, ya que no deja de sonar en toda la canción. Su introducción en Hawaii y la Polinesia se produjo con la llegada de la gran emigración azoriana en la década de 1880. Logró una gran acogida local, ya que se trataba del primer instrumento de cuerda que vieron en estas islas, y se adaptó para dar lugar al ukelele que hoy conocemos.

2. A medio camino entre Europa y América


Aunque estamos hablando de un archipiélago de 9 islas distribuidas a lo largo de más de 600 km, la preciosa isla de Flores presume de ser el territorio europeo más occidental. De hecho, tanto esta isla como la de Corvo, forman parte de la placa tectónica de América del Norte. Desde Lisboa tardaríamos 3 horas en llegar a Flores en avión y 6 horas en llegar hasta la ciudad norteamericana de Providence, Massachusetts.

3. ¿Por qué escuchamos tanto inglés-americano en la isla?



Pobres en pertenencias pero muy ricos en tradición, muchos emigrantes azorianos vuelven a las islas al llegar a la jubilación y no son pocas las familias de 2ª y 3ª generiaciones que pasan el verano con sus hijos para enseñarles sus lugares de origen.
Imprescindible la visita al Museu da Emigração Açoreana de Ribeira Grande (isla de São Miguel) si queréis ahondar más en la Historia de las islas.
Históricamente, los azorianos se han visto forzados en numerosas ocasiones a buscar nuevas oportunidades y muchas veces refugio (erupciones en la isla de Faial a finales de los 50) en países tan diverson como Brasil, Canadá o Estados Unidos. Éste último, particularmente por su cercanía a las islas, ha sido destino favorito de cerca de la mitad de las emigraciones azorianas desde principios del siglo XIX. Muchos se enrolaron en los balleneros que paraban en las islas y acabaron en Hawaii y la costa Este (Providence y Boston principalmente). La fiebre del oro de finales del XIX y el Azorean Refugee Act que promulgó el presidente Kennedy tras la catástrofe de Faial, facilitaron a más de 175,000 azorianos la búsqueda del american dream en el Estado de California.

Es más, algunas celebridades norteamericanas mundialmente conocidas tienen ascendecia azoriana: Tom Hanks (bisnieto de azorianos), Nelly Furtado (hija de azorianos), James Franco, Nuno Bettancourt (guitarrista del grupo Extreme) o Katy Perry (descendiente de azorianos por parte materna).



La temperatura del agua cambia según el nivel de la marea en esta playa de Ferreria, en São Miguel


4. En Azores no hay playas de arena blanca... ¿o sí?


No nos engañemos: el clima de Azores puede sorprenderte con una niebla impenetrable de por la mañana, un sol espléndido a mediodía y lluvia para merendar. Además, todas las islas tienen origen volcánico y por tanto no es el destino de arenas blancas y aguas caribeñas que muchos creen encontrar aquí. La excepción es la isla de Santa María, que siendo la más antigua en cuanto a formación geológica se refiere, tiene en sus costas rarezas como la playa de Formosa.
La mayoría de las playas son piscinas naturales o pequeños refugios acondicionados para el baño, siempre en roca.

5. Sin miedo a beber agua del grifo


A pesar de su insularidad (y también de lo acostumbrados que estamos los españoles a la poco sabrosa agua de Baleares o Canarias), el agua de grifo de Azores no sólo es potable si no que su consumo está respaldado por el propio Estado.

6. ¡Están plagadas de hortensias!


El sueño de cualquier madre con un trocito de jardín en España: la hortensia. Necesitada de mucha humedad, en Azores nacen en colinas, playas y acantilados. Cualquier lugar es bueno. A la isla de Faial se la conoce como Isla Azul por el color de sus hortensias.


7. Escala de ballenas... y balleneros


Un tercio de los cetáceos que existen en el mundo pasan o están entorno a las islas Azores, lo que convierte al archipiélago en uno de los mejores puntos del planeta para la observación, entre otras especies, de ballenas. Hasta su prohibición en 1986, la caza de ballenas fue uno de los motores económicos de las Azores, no tanto por el género en sí como por convertirse en un paso obligado de balleneros de todo el mundo. Asimismo, balleneros estadounidenses y canadienses se frotaban las aletas al ver cómo miles de azorianos se enrolaban en sus barcos, buscando una mejor vida en los puertos de destino, a cambio de una ridícula manutención a bordo.
Las islas con posiciones más privilegiadas para el avistamiento de ballenas y delfines son las de São Miguel, Santa Maria, Faial y Pico. En la isla de Flores existe un museo dedicado a las ballenas, de visita obligada. 

Chá de Gorreana. Ríete tú del té de Ceilán.


8. Invernaderos de piñas, plantaciones de té y buen vino


Con la desaparición de la naranja a finales del siglo XVIII, se buscaron nuevos usos a los desusados terrenos de cultivo. Así, la adinerada familia Arruda aprovechó la fértil tierra de São Miguel y la cercanía de Brasil para convinarlos en invernaderos de dos aguas y pintados  de blanco para generar una humedad similar a las de las latitudes donde crecía de forma natural la piña. Presente en la geografía y gastronomía azoriana, vale la pena desviarse hacia las afueras de Ponta Delgada para visitar la primera (y aún en funcionamiento) plantación de piñas. Sin coste de admisión, podrás entrar en los invernaderos, recorrer el antiguo casón de la familia y probar los deliciosos sumos de ananás.

No sólo hay en China y en India. Las plantaciones de Porto Formoso y Gorreana, en la isla de São Miguel, se jactan de ser las únicas plantaciones de té de Europa. Ambas fábricas pueden visitarse, probar gratis sus suaves chá verde (té verde) y chá preto (té negro) y recorrer sus laberínticos paisajes con espectaculares vistas al mar.


A una gastronomía tan variada y rica como la azoriana no podía faltarle la compañía de los taninos. Con denominación de origen propia, los viñedos de la isla de Pico son, desde 2004, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y no sólo por su entorno de tierras volcánicas y negruzcas. El sabor de su vino se hace eco en cualquier restaurante que visitemos, junto con botellas de otras islas como Graciosa, Terceira o São Miguel.



Plantación de piñas en A.Arruda, Ponta Delgada, São Miguel